La mayoría de los países del mundo comparten la misma observación: sus poblaciones se ven cada vez más afectadas por el cáncer de piel, a menudo debido a que están sobreexpuestas al sol durante todo el año y no se protegen suficientemente contra los rayos nocivos del sol. Estos rayos penetran profundamente en la dermis, la capa más gruesa de la piel. Provocan un envejecimiento prematuro y contribuyen a la aparición del cáncer de piel. Por eso es importante protegerse cuando los rayos UV son al menos de nivel 3.
Una buena protección solar es aún más importante si trabajas al aire libre (construcción, agricultura, etc.) o estás expuesto al sol durante largos periodos como parte de tu trabajo (aviación, transporte, etc.). También debe protegerse cuando practique caminata, senderismo, ciclismo, tenis o golf, incluso en otoño o primavera.
El invierno es una estación de especial riesgo para quienes viajan a la montaña ⛰️. Un aumento de altitud de 1.000 metros corresponde a un aumento del 10-12% de los niveles de UV (según la Organización Mundial de la Salud, 2017). Esto, sumado al reflejo de la nieve, puede provocar un aumento del 80 % de los rayos UV (la nieve refleja muchos más rayos UV que el agua o la arena) y puede causar daños importantes en la piel y los ojos.
El tiempo nublado, con niebla, viento o fresco durante los meses más fríos puede hacernos pensar que está bien salir sin protección solar. Pero es importante recordar que cuando hay nubes densas y niebla, hasta el 80% de los rayos UVA siguen siendo capaces de penetrar en la superficie terrestre. Por tanto, el daño solar no se debe a la temperatura, sino a la radiación ultravioleta (UV), que puede atravesar ciertas nubes. En verano, un día fresco o nublado puede tener un nivel de UV que requiera la aplicación de crema solar y el uso de ropa anti-UV, al igual que en un día caluroso y soleado ☀️.
Cuando estás a la sombra, reduces considerablemente tu exposición a los rayos UV. Sin embargo, lo fundamental es la forma en que te proteges. La radiación ultravioleta puede llegar a tu piel directamente (cuando recibe rayos UV del sol) o indirectamente (cuando recibe rayos UV que se reflejan en superficies circundantes como arena, agua, nieve, hierba u hormigón).
Los estudios han demostrado que el riesgo de quemaduras solares ☀️ es real si se está a la sombra pero en un espacio abierto, donde la exposición a los rayos UV sólo se reduce en un 50%. Si está bajo una sombrilla, rodeado de arena y puede ver gran parte del cielo, es muy probable que esté expuesto a una gran cantidad de UV procedentes de la luz solar indirecta.
¿Qué factores debe tener en cuenta a la hora de elegir la estructura adecuada para protegerse eficazmente del sol?
- el tamaño: el toldo de un edificio o un toldo grande protegen mejor que una sombrilla.
- el tejido: un UPF superior a 40 garantiza una protección muy buena. De acuerdo con las normas vigentes, el UPF 50+ es la certificación máxima y garantiza una protección excelente.
- capacidad envolvente: es preferible estar a la sombra de una estructura que le proteja desde todos los ángulos, como en el caso de un toldo de playa envolvente, por ejemplo.